A todos nos da envidia cuando vemos fotos de esos maravillosos lugares donde viajan los calendarios.
Hoy llega el contrapunto de esas largas e interminables horas de espera en los aeropuertos, los controles donde no puedes pasar ni un trago de agua, donde lo único metálico que llevas es el aro del sujetador y aún así te pita, donde cruzas los deditos para no leer "delayed".
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