Todo sitio lejano y con una cultura distinta está plagado de curiosidades. Estas son algunas cosas que pueden llamar tu atención si vas a
Irán.
Vamos a empezar con las cosas de comer
Encurtido de moras blancas
No sólo hay pistachos en Irán, hay frutos secos de mil clases, y les encanta comer pipas, de hecho tienen muchas variedades. A la gente le gusta sentarse en los parques a comerlas en grupo.
Patatas fritas sabor limón. También podría decirse sabor limpia suelos. Nada recomendables.
Comida basura se ve en casi todos los rincones del mundo
Aunque no entiendas los caracteres el mensaje del paquete de tabaco es clarísimo.
Puede que vistan mucho de negro pero que no falten los detergentes que deja la ropa bien blanca.
Carteles de la calle promoviendo la buena convivencia ciudadana. Parece que los forofos del fútbol son igual de exaltados independientemente del país.
En la puerta de una juguetería. No se entiende lo que pone, pero seguro que es la polla.
Montañas de colores parecidas a las de
Purmamarca, en Argentina, pero en la otra punta del mundo.
Sin duda las mujeres iranís deben ir tapadas, pero eso no les impide ir combinadas hasta el último detalle. Teherán e Isfahán son las ciudades donde más se visten a la moda. Aunque ello implique lo más incómodo del mundo islámico y el occidental: pañuelo en la cabeza y tacones de infarto.
No olvidemos que Irán es el mayor consumidor de cosmética del mundo, y hacerse la rinoplastia es tan común como aquí teñirse el pelo. También hay peluquerías, pero no a pie de calle, ni con cristales para ver qué se cuece dentro, sino en primeros pisos. No dudo que dentro de esos pañuelos están los peinados más sofisticados del mundo.
Cuando los carteles de los baños tienen un dibujo es fácil decidirse, si no lo llevan es una odisea. En Irán prescinden de falditas y coletas en las siluetas: un pañuelo cerradito y arreglado.
En los restaurantes los baños suelen ser así, de agujero. En vez de papel higiénico encontraremos esta especie de ducha sin alcachofa para limpiarse los bajos. Con qué se secan después, es un misterio, ecológico, pero un misterio. A su favor: generalmente hay ganchos para dejar el bolso, el pañuelo, el abrigo, el mantó(esa capa-vestido tapa cuerpos)...
Para los amantes de las cortinas recargadas
En el hotel SIEMPRE encontraremos un kit de rezo compuesto de alfombrilla, y demás telas que se usan en la oración y una pastilla de arcilla que es donde se coloca la cabeza cuando se baja al rezar. Además habrá un Corán y una flecha en el techo que nos indique la dirección exacta de la Meca, para saber en que dirección habría que hacer el rezo. Mucho más completo que la Biblia que ponían en algunos hoteles antes, que ni mantilla, ni vino, ni ostias.
Corazón de arroz
