Venecia, un lugar precioso donde no existen carreteras ni coches, eso si, siempre lleno de turistas.
Cuando se pone el sol y los turistas y los comerciantes desaparecen, sus callejones sin salida pueden dar miedo. De día es imposible encontrar rincones tranquilos en la ruta de lo imprescindible, y es una ciudad que da para mucho.
A Venecia se puede llegar por carretera, en tren o en barco. Creo que este último medio es el más espectacular para hacerse una composición geográfica de lugar.
La plaza de San Marcos (piazza San Marco) desde el muelle
Al fondo se ve el campanario (campanile), que es el edificio más alto de la ciudad, y la torre del Orologio
El famosísimo Puente de los Suspiros parte del palacio Ducal, lugar desde donde los condenados veían por última vez la laguna de Venecia
Como curiosidad, las barandillas en los puentes venecianos no se empezaron a generalizar hasta el s.XIX
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